Fue un sábado negro, mientras el día acechaba;
frente a una mesa recuerdo su cara, mientras el día acechaba.
Luces tartamudas, con ritmo hasta en las pestañas;
ella apareció en mi madrugada, con ritmo hasta en las pestañas.
Y pasó lo que tenía que pasar, lo que tenía que pasar, es decir, nada.
Olvidando mis penas, mientras ella me miraba,
y sonreía; brillaba su cara, mientras ella me miraba.
El alcohol marca el camino y todo como una brasa;
lo que antes era gris, ahora es como el ámbar, y todo como una brasa.
Me sonrió y con ella todo, y con ella todo: la música y la sala.
Agotamos las dos horas, náufragos entre palabras;
nada imponía; nada obligaba; náufragos entre palabras.
Porque "Marguerita es bella" y yo me equivocaba,
ella se marchó sin llegar el alba; y yo equivocaba.
Adiós a un latido exacto, a un latido exacto, Aries en la mañana.
(20 de Diciembre de 1983)
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